El líder y senador de Alianza Nacional mantendrá una actitud de diálogo con el nuevo gobierno, pero entienden que este “es mano” y que dependerá de la administración de Tabaré Vázquez mantener una línea abierta con la oposición.
Con respecto a los proyectos que el presidente envió al Parlamento, Larrañaga dijo que hay que leer “la letra chica”, pero se manifestó a favor de dale mayor autonomía a los fiscales y a la Junta Anticorrupción, y recordó que el alivio tributario era parte de su agenda en la campaña electoral. Además, insistió en la necesidad de acordar políticas de estado en temas como educación, seguridad e infraestructura.
—¿Cómo evalúa los primeros pasos del presidente Tabaré Vázquez?
—Observo que el Ejecutivo tiene una línea de acción y adopta medidas con celeridad. Eso es positivo.
—En el gobierno anterior usted mantuvo al principio un canal de diálogo directo con el presidente Mujica, pero luego eso se cortó. ¿Qué expectativas tiene con Vázquez?
—Siempre hemos tenido una actitud de diálogo y propuesta. Cuando lo que obtuvimos fueron incumplimientos, actuamos en consecuencia. Tenemos una actitud de expectativa, dependerá de las respuestas, del respeto y los resultados que se tengan. El gobierno es mano.
—El jueves, cuando presentó sus primeros proyectos de ley, el presidente Vázquez dijo que está abierto a discutirlos con la oposición y que consultará a todos los partidos. ¿Cómo recibe esto en función de que por tercer período consecutivo el FA tendrá mayorías parlamentarias, y que en los gobiernos anteriores la oposición criticó que el oficialismo no daba margen a acuerdos?
—Lo valoro como un camino. Veremos a dónde conduce. Lo digo con cautela. Nunca cuestionamos las mayorías del FA. El tema ha sido cómo han usado esas mayorías. El diálogo entre gobierno y oposición permite mejorar la calidad democrática y republicana de las respuestas, pero la mayor parte de la responsabilidad la tiene el gobierno, por serlo y por tener esas mayorías que tiene que administrar en una línea de respeto y dentro de la Constitución.
—De los proyectos presentados el jueves por el presidente Vázquez, ¿cuáles está dispuesto a votar?
—Tenemos a los técnicos de la Fundación Wilson Ferreira analizándolos. Estudiaremos en detalle los textos. Dar mayor autonomía institucional a los fiscales y a la Junta de Transparencia es atendible. El alivio tributario era parte de nuestra agenda. Más allá de los titulares tenemos que ver la «letra chica», y también aparte del análisis sectorial haremos lo propio a nivel del partido.
—Educación y seguridad han sido dos temas en los que la oposición ha cuestionado con mayor fuerza a los gobiernos del FA. ¿Cree que ahora hay ambiente para acordar políticas de estado en estos temas?
—Veremos cuánto dura la vocación de diálogo del gobierno, la nuestra está, y tenemos propuestas. Educación y seguridad han sido un desastre. La infraestructura, al borde del colapso. Esas deficiencias en seguridad, educación y la falta de desarrollo del interior, hipotecan las posibilidades de crecimiento y desarrollo humano y económico. Se pone límites y condicionantes a las opciones de los uruguayos. Cerrando horizontes de posibilidades, quitando libertad a la hora de elegir y concretar anhelos. Nadie quiere eso. Pero si no se actúa, si «la dejamos para después» se estarán consolidando inequidades. Ha habido gobierno de todos los partidos y no se ha concretado un verdadero desarrollo del interior que evite el macrocefalismo, la cultura del pobrismo y el embudo metropolitano. En materia de seguridad, estamos mal. Y esperemos que no, pero las perspectivas no son positivas. Está muy bien la lucha contra el alcohol, ser restrictivos y exigentes, pero a su vez, ser tolerantes con la droga y la marihuana no parece que traiga buenos resultados. En definitiva si no hay cambios, estamos poniendo un freno al país, un techo a las posibilidades de desarrollo. Es urgente que se adopten decisiones país, que involucren a la mayor cantidad de fuerzas políticas.
—De los organismos en los que el presidente Vázquez ofreció cargos a la oposición, ¿cuáles tienen prioridad para el Partido Nacional y quisieran estar representados?
—Estamos en diálogo con los demás partidos sobre los espacios que la Constitución prevé para el control y gestión de la oposición. Veremos qué emerge de esos diálogos.
—¿Quedó conforme por la manera en cómo se negoció con el nuevo gobierno la participación? Usted se había mostrado renuente a aceptar.
—Una cosa es representación social y otra político partidaria. Esa es mi discrepancia. No estamos de acuerdo con estar por fuera de áreas vitales como ASSE, BPS y ANEP. Tenemos esta discrepancia con el gobierno, que mantendremos. No he pretendido condicionar a mi partido con posiciones rígidas pero tengo la obligación moral de decir lo que pienso.
—¿Habrá algún planteo especial del Partido Nacional para la elaboración de la próxima ley de presupuesto?
—Durante los cinco años vamos a plantear alternativas. El presupuesto es de las primeras oportunidades. Haremos propuestas en materia de responsabilidad fiscal; la creación de juzgados ambientales y un comisionado que controle; temas de educación, y de condiciones para favorecer el desarrollo del interior, entre otras.
—Está empezando la campaña para las departamentales. La Concertación se acordó para Montevideo, pero en el interior en algunos lugares sectores blancos y colorados acordaron votar juntos. ¿Cree posible extender a todo el país la experiencia de la Concertación?
—Es un instrumento y depende del uso que de él se haga. Lo importante es darle a la ciudadanía una oferta atractiva. Me pregunta hacia el futuro, le contesto: creo en el Partido Nacional.
—¿Cuánto se juega Alianza Nacional en estas elecciones departamentales?
—Tenemos una mirada de partido. El partido tratará de mantener y ampliar los gobiernos gestionados. Esto supera los sectores. Inicié una gira para estar junto a los candidatos blancos. Tendrán en mí al primer militante, saben que cuentan conmigo. Si me precisan colgando carteles, estaré.
—¿Mantiene su decisión de no subir más la escalera del Directorio del Partido Nacional?
—Sí. Decididamente. No voy a integrar el Directorio ni a subir sus escaleras. No tengo cuentas con mi partido. Me ha concedido los mayores honores y he brindado mis mayores esfuerzos y sacrificios. Lo hice, lo hago y lo haré. No me creo más blanco que nadie, pero le aseguro que no hay ninguno más blanco que yo. Nadie puede decir que cuando mi Partido me precisó, yo no estuve.
Fuente: El País
