Volvió Larrañaga

Cuando perdió la interna del 2014, muchos dijeron – en Uruguay- que la carrera política de Jorge Larrañaga ya no volvería a tener los bríos de otras épocas, que sería imposible verlo pugnar por la candidatura única de su partido; que, como dicen los muchachos, ¨ya era¨, que su tiempo había pasado.
Pasaron meses, un par de años, donde el ex candidato Lacalle Pou navegó en aguas calmas, en solitario, conduciendo al Partido Nacional de Uruguay, frente a un Frente Amplio que día a día se cae a pedazos en la imagen de la gente, en las encuestas y en las respuestas a los problemas del país.

Pero el Partido Nacional no crecía, estaba estático en el 28 o 29%, no lograba dar el salto que lo posicionara como la alternativa real para el 2019.

Faltaba Wilsonismo, faltaba la pata política más importante del Partido Nacional, y lentamente, de abajo hacia arriba, comenzaron a reclamar al líder que no estaba, a pedir por el nombre de quienes no tienen candidato, por aquellos que habían abandonado al Partido. La gente pedía a Jorge Larrañaga.

A Larrañaga le llevó tiempo. Estuvo conversando con compañeros de todo el país, conversó mate en mano con amigos de cada departamento, con tiempo, sin apuro, viendo qué querían sus compañeros de tantas batallas. Pero faltaba una charla, la más importante, con su familia.

Hoy Jorge Larrañaga tiene 4 hijos, 3 de los cuales ya son grandes, y con quienes se juntó a conversar en familia, con el amor que esa familia se tiene, para preguntarles que les parecía a ellos que debía hacer.

Les habló de la realidad del país, que él no puede ser espectador en un país que cada día está peor y que siente que tiene la fuerza, la capacidad y la preparación para darle al Uruguay 5 años de su vida en el mejor momento, con la mayor madurez y preparación de toda su vida.

Y de ésa charla, luego de las anteriores con los compañeros, surgió la decisión personal, que luego se convertiría en la mejor noticia para quienes tienen a Wilson como guía. El Wilsonismo tiene candidato.

Volvió Larrañaga, pero no de cualquier manera. No es el mismo. Aquel Larrañaga más señorial, de saco y corbata, de discurso florido y de grandes reuniones palaciegas, vemos hoy a un Larrañaga de carne y hueso, muy parecido a aquel que gobernó Paysandú durante 10 años, o que fue candidato único del Partido Nacional en 2004 y logró la mayor votación con el 35% de los votos.

Salió a caminar el país, a estar con la gente, a hablar con los más humildes, con los que no aparecen en las noticias. Salió y con el salió su sector, sus compañeros diputados, senadores e Intendentes. Salió y comenzó a crecer en la prensa, en la imagen y en las encuestas. Salió, y no sólo crece él, crece el Partido y pasó al Frente Amplio.

La encuesta de Opción Consultores da que no solamente crece, sino que dio un salto impactante del 50%; Larrañaga crece 4 puntos en un solo mes.

Volvió Larrañaga y quienes lo acompañan dicen que volvió mejor que nunca.

Su crecimiento llevará a polarizar la interna blanca entre Lacalle Pou y él.

Los analistas más finos del país lo señalan: sólo Larrañaga puede ganarle al Frente Amplio.

Volvió Larrañaga, volvió el Wilsonismo y ésta vez, gana, aseguran

Fuente: Editorial de ICN Diario

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