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Presupuesto – Camy: “La conducta irresponsable en los años de bonanza condiciona el margen de maniobra”.

camy

En la jornada de hoy, a pocas horas de comenzar el estudio y discusión del Presupuesto Nacional en la Comisión del Senado, el Senador Carlos Camy, Vicepresidente de la Comisión de Hacienda, habló sobre cuáles son los principales ejes conceptuales en los que Alianza Nacional hará hincapié. “Prudencia macroeconómica, la calidad republicana, la justicia y equidad territorial y geográfica, la transparencia, la solidaridad y sensibilidad social” fueron los conceptos resaltados por el senador nacionalista.

Expresó que “hay que tener presente que los números de un presupuesto siempre aterrizan en la gente, en el trabajador, en el empresario, por tanto, el Estado, como gerenciador de los recursos públicos debe actuar con responsabilidad”.

Resaltó el hecho de que no se le den recursos a organismos como el Poder Judicial, Tribunal de Cuentas, la Corte Electoral y Tribunal de lo Contencioso Administrativo.

Haciendo referencia a los recursos destinados para el interior del país, el senador aliancista expresó: “Consideramos que hay muchas postergaciones, incumplimientos y trato discriminatorio. Comprendemos que el desarrollo nacional no puede desconocer su principal motor, el interior”.

Camy manifestó que “la conducta irresponsable en los años de bonanza condiciona severamente el margen de maniobra en estos años de desaceleración”.

A continuación transcribimos la entrevista realizada al Senador Carlos Camy publicada en la página oficial de Alianza Nacional

¿Camy cuáles son los principales ejes sobre los cuales hará hincapié Alianza en esta última etapa de estudio y discusión del Presupuesto Nacional?

Desde nuestro sector trabajamos frente a este proyecto de presupuesto en algunos ejes conceptuales como son: la prudencia macroeconómica, la calidad republicana, la justicia y equidad territorial y geográfica, la transparencia, la solidaridad y sensibilidad social.

¿Cómo se aterrizan estos conceptos?

En primer lugar es evidente que el país necesita transitar por andariveles de prudencia y responsabilidad macroeconómica. Hay que tener presente que los números de un presupuesto siempre aterrizan en la gente, en el trabajador, en el empresario, por tanto, el Estado, como gerenciador de los recursos públicos debe actuar con responsabilidad.

En cuanto a la calidad republicana vemos que este presupuesto propone casi la inanición del Poder Judicial y de otros organismos de contralor como son el Tribunal de Cuentas, el Tribunal de lo Contencioso Administrativo y la propia Corte Electoral. Es un mensaje muy malo que da el Poder Ejecutivo que, a quienes están llamados a su control, como ha señalado el senador Larrañaga, se les proponga una “asfixia presupuestal”.
Uno de los objetivos claros es obtener recursos para esos organismos, que hacen a la calidad del sistema republicano.

En cuanto al tratamiento que se ha dado al interior, consideramos que hay muchas postergaciones, incumplimientos y trato discriminatorio. Obras y recursos para el interior que se habían comprometido en campaña, ahora son olímpicamente ignorados. No hay justicia territorial y humana cuando se olvida al interior. Desde nuestra filosofía política, siendo defensores del federalismo, comprendemos que el desarrollo nacional no puede desconocer su principal motor, el interior.

Otra coordenada de trabajo es la lucha por mejorar ciertas distribuciones de recursos, como por ejemplo en educación y salud. Si no se mejoran los niveles de recursos seguiremos generando una brecha entre quienes tienen recursos y los que no. Tenemos una educación pública que necesita transformarse y en este presupuesto no hay reformas de fondo, incluso, parte de las obras que están comprometidas, se harían por PPP –casi el 40%-. Sin cambios en la ley de PPP, son de difícil concreción, como lo admiten las propias autoridades. Algo similar sucede con la salud. Sin mejor educación y salud no hay verdadera sensibilidad social.

La economía uruguaya viene mostrando claros signos de desaceleración y luces de alarma en varias áreas. ¿Cuáles son las consideraciones que hace al respecto?

Las condiciones políticas –propensión al gasto del FA- más las condiciones económicas –crecimiento por debajo de lo esperado para los próximos años- hacen prever un casi imposible cumplimiento de la corrección fiscal de un punto del producto para el quinquenio –llegar a 2,5% de déficit-. La responsabilidad de la fragilidad fiscal actual es del gobierno. Más allá de la voluntad y discurso de austeridad de este gobierno son los mismos actores políticos pero desde otras posiciones que votaron los dos presupuestos anteriores.

Esos presupuestos son los que han determinado que luego de más de una década de crecimiento económico hoy tengamos 3,5% de déficit. Pero lo que es peor, la conducta irresponsable en los años de bonanza condiciona severamente el margen de maniobra en estos años de desaceleración.

El tiempo de llegar a los equilibrios fiscales era el de crecimiento. Sin embargo se ocuparon todos los espacios fiscales con más gasto. Se festejaba el aumento del gasto. Ahora se reclama comprensión.
Nos enfrentamos a los años de desaceleración sin haber resuelto lo que estaba peor y con serios riesgos de perder lo mejor. No mejoramos la educación, la salud ni la seguridad ciudadana. La inflexión en la actividad económica no nos va a permitir consolidar las mejoras en términos de pobreza, empleo e ingresos.

El principal desafío de la política económica hoy es balancear los objetivos de mejorar la competitividad y reducir la inflación. Lamentablemente el gobierno anterior cercenó al actual el brazo de la política fiscal. No le dejó margen de maniobra para volver a acelerar el crecimiento económico.

Para algunos esta realidad parece ser sorprendente y novedosa. Nosotros ya en 2005 alertamos con mucha convicción que el rumbo en materia fiscal no era el adecuado.Uruguay ha recuperado el grado inversor. La pérdida del mismo en Brasil pone un síntoma de preocupación y bajo la lupa nuestras calificaciones.

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