El senador del Partido Nacional y líder de Alianza Nacional dijo en entrevista con El País que “todos tienen derecho” a ser candidato dentro del sector y que “no hay que pedir permiso”, pero planteó que “no puede ser una pelea a codazos entre dirigentes para ver quién puede tener mayor caudal electoral” porque, a su parecer, no hay espacio para más de dos.
Sostuvo que es clave para el partido generar alianzas de cara a las próximas elecciones y para eso apuesta a generar acuerdos bajo el paraguas de una Agenda para el Progreso. En ese contexto Larrañaga criticó el gobierno de Tabaré Vázquez y dijo que se “vació de progresismo”.
—¿Entiende que cuestiona su liderazgo el hecho de que algunos intendentes de su sector conversen buscando tener una tercera corriente?
—Creo que no porque no he recibido esos cuestionamientos de manera directa. Por el contrario, hemos apuntado a lograr la evolución del sector. Hay puntos de entendimiento para que el movimiento pueda tener distintos sectores que canalicen distintas corrientes, incluso en distintas listas al Senado que quizás fue uno de los errores que se pudo haber cometido en la elección anterior. Así que me parece importante que se exploren caminos para fortalecer el sector.
—La senadora Verónica Alonso no descartó postularse como candidata a la Presidencia y criticó las definiciones «de cúpula entre cuatro paredes». ¿Le molesta que la senadora tome decisiones sin consultar a la bancada de Alianza?
—No voy a formular comentarios. De alguna forma las candidaturas desde 1996 a la fecha han pasado por el cernidor de las urnas. Las candidaturas del Partido Nacional nunca salieron de cúpulas por eso creo que el partido no va a tener una candidatura única concertada, sino que va a salir de un proceso electoral.
—Pero para llegar a un proceso electoral tiene que haber una definición de candidatos.
—No tenemos que tener la obsesión de las candidaturas en este tiempo. Hay que hacer un enorme esfuerzo para tener sintonía con la gente y que la política le sirva a la gente y no a los políticos. Me importa más lo que pueda decir un trabajador que lo que diga un político y respetando al aparato político. No es posible que estén los políticos en una suerte de diálogo virtual.
—Precisamente Sergio Botana dijo a Búsqueda que a usted le faltaba «renovar la vivencia popular» de «medio tanque».
—Yo no voy a contestar a compañeros porque en definitiva tengo una trayectoria donde la construcción de mi actividad política fue siempre desde la gente. Fui suplente de edil en Paysandú, fui presidente de la departamental nacionalista, fui 10 años intendente municipal de Paysandú, he recorrido el país centenas de veces, en campañas electorales desde 1999 cuando en solitario lancé una lista al senado. Después cuando fui candidato a la Presidencia en 2004, cuando acompañé al Partido en el 2009 y el 2014. Yo surgí de la gente y voy a seguir recorriendo un camino de humildad, esfuerzo, sacrificio. Vengo de hacer 11 actos en Montevideo en distintos barrios. No soy zafral de la actividad política. A veces le doy como consejo a los compañeros que son más jóvenes no vivir la vida en función de los procesos electorales cuando estamos permanentemente trabajando.
—¿Cree que el Partido Nacional tiene margen para generar nuevos grupos?
—El proyecto de Alianza Nacional, que va a sufrir transformaciones que estamos conversando con los compañeros, es un proyecto blanco, reformador, wilsonista, de defensa del desarrollo local, de un nacionalismo de respuestas, inclusivo que convoque a compatriotas que no sean de nuestro partido. Ahora estamos buscando tener respuestas en lo inmediato en el trabajo parlamentario. En el futuro el país va a necesitar del diálogo para impulsar coincidencias porque si no vamos a asistir a un sistema político trancado.
—Usted dijo que su sector va a ser la mayoría del Partido Nacional de cara a la elección interna de 2019. ¿Cómo piensa lograrlo? ¿Qué lo diferencia de Luis Lacalle Pou?
—Nosotros tenemos un proyecto con importantes diferencias. Es un proyecto con una visión económica-social diferente, con un esquema de desarrollo integral sobre la base del desarrollo local. Creo que los proyectos políticos tendrán que sustentar las postulaciones y aspiro a que el sector que integro vuelva a ser mayoría dentro del Partido Nacional. Cuando un sector wilsonista fue mayoría tuvimos un partido grande. Creo además que el Partido Nacional necesita de sectores políticos fortalecidos y no sectores que sean debilitados. Necesita enriquecerse a través de visiones que pueden tener diferencias pero terminan complementándose en una base sobre la diversidad. Yo he dicho y me han criticado de que el Frente está pronto para perder, pero que la oposición no está pronta para ganar y gobernar. Pero resulta que los hechos terminan siendo porfiados y me dan la razón.
—¿Por qué cree que eso cayó mal dentro del partido?
—Lo ven todos, el tema es que hay que tener un sinceramiento frente al electorado. Lo peor que podemos hacer es mentirnos. Creo que el partido es la gran alternativa, pero tiene que alimentarse, no puede ser una pelea a codazos entre dirigentes para ver quién puede tener mayor caudal electoral. Tiene que ser una formación progresiva de acumulación de conocimientos y soluciones para consolidar un proyecto. Para eso es necesario una Agenda para el Progreso, o como le quieran llamar. Una agenda sobre la educación, la seguridad, la salud, la infraestructura, el medio ambiente, el desarrollo del interior.
—¿Coordinó con Lacalle Pou el lanzamiento de su idea de una Agenda para el Progreso?
—Lo conversé con él y me parece que no es una idea descabellada sino a favor del partido que tenemos que represtigiar para que la política le sirva a la gente y no sea un traje de confección para el político de turno para satisfacer su deseo de ascender en la escalera política, y no lo digo por nadie, sino como una reflexión abarcativa y autocrítica de lo que es hoy la realidad y lo que la gente opina de la política y los políticos. El grado de insatisfacción que hay en vastos sectores de la población con respecto a la actividad de los políticos o a la forma de cómo se gestan las decisiones no puede ocultarse porque en una democracia vale el pensamiento de la gente y no el pensamiento obstinado de un político.
—Las encuestas lo dan bastante abajo de Lacalle Pou. ¿Hasta dónde le preocupa eso?
—Qué voy a hablar yo de encuestas si en el mismo año en otros procesos electorales había una disparidad notoria a nuestro favor que después terminó consolidándose en el otro sentido.
—¿Es partidario de abrir la cancha y que se presente cuanto candidato quiera?
—No soy quién para decir quiénes pueden ser candidatos. Obvio que todo el mundo tiene derecho porque todos somos iguales dentro del Partido Nacional como para ser candidatos. Segunda cosa obvia es que nadie necesita el permiso de nadie para ser candidato. Pero también hay un hecho que es contundente y que a mí modo de ver dentro del Partido Nacional no hay espacio para más de dos candidaturas porque en las últimas tres elecciones 2004, 2009 y 2014 siempre se polarizó entre dos y es un hecho e incluso la del 99 y la del 96 en la primera experiencia de la reforma constitucional hubo una polarización y había cuatro precandidatos pero hubo una polarización entre dos.
—¿Ya tiene definido que uno de esos dos es usted?
—No estoy obsesionado con las candidaturas, no es el tiempo. También le expreso que no descarto ser candidato, pero no tengo definición. Eso no significa que no luche duramente por la consolidación de nuestro sector político.
—¿Mantiene la decisión de no subir más la escalera del Partido Nacional como dijo en 2014 y no integrar el directorio? ¿Cómo lo condiciona?
—Las expresiones fueron hechas en un momento especial de mi vida política, en una coyuntura muy dura y dichas están. Ahora, no me condicionan porque yo siempre mantuve una línea de trabajo político que nadie puede cuestionar. Yo he contribuido a la unidad del partido desde la derrota y eso nunca es fácil. Sin embargo, lo hice en dos oportunidades. Muchas veces dicen «Larrañaga perdedor», pero el que pierde es el que abandona a su gente, su partido y nuestro sector obtuvo 300.000 votos en la última elección, 16 diputados, cuatro senadores. Yo fui presidente del directorio del Partido Nacional e integrante durante 15 años. Sí sé lo que no voy a hacer más y no voy a integrar el directorio del partido. ¿Me amputo algo? No, al contrario, es abrir para que otros compañeros estén en el directorio. Yo ya estuve. Es una decisión que tomé y sin embargo voy a los actos y soy un militante partidario.
«El Frente se vació de progresismo»
El senador Jorge Larrañaga tras votar la Rendición de Cuentas sostuvo que el gobierno «se empachó de poder» y «se vació de progresismo» planteando que todo es «un verso» y que el modelo del Frente Amplio «es insostenible».
«Son expresiones que resumen el momento que atraviesa el gobierno y el Frente Amplio. El gobierno del Frente Amplio se vació de progresismo porque qué puede ser más progresista que la reforma de la Educación y, sin embargo, renunciaron a esa reforma, porque en suma cedieron frente a los corporativismos gremiales.
Anunciaron el cambio del ADN y resulta que terminaron echando a los dos principales responsables de concretar esos cambios, y los resultados no pueden ser peores», dijo Larrañaga a El País. Más allá de las críticas, las últimas encuestas dan que la popularidad del expresidente José Mujica sigue siendo del 50%. ¿Cómo lo explica? «Yo no puedo darle mayor explicación.
Lo que constato es el fracaso de las políticas y no la popularidad de los políticos. No creo que la buena o mala popularidad anuncie el éxito del partido al que representan porque el Frente tendrá que presentar un menú electoral que va a ser diferente al de las tres instancias electorales anteriores donde la pelota se pasaba Vázquez, Mujica, Vázquez y ahora el dilema para el 2019 va a ser quién; eso va a ser más importante.
La gente está empezando a ver que el desquicio en el manejo de las finanzas públicas tuvo su epicentro en el gobierno del expresidente Mujica», dijo Larrañaga quien agregó que el gobierno ha tenido que «traicionar» promesas como el no más impuestos y eso «va a calar en la gente».
Entrevista: Lucía Baldomir para El País
Foto: Darwin Borrelli