El desespero en el Gobierno es grande. A 30 días de la elección desde el Frente Amplio se sale en masa a atacar a la oposición y especialmente al Partido Nacional y a nuestro candidato Luis Lacalle Pou.
Pareciera que a los portavoces del Frente Amplio les dieron un manual con palabras clave: oligarquía, La Tahona, British, Macri, por supuesto no puede faltar la derecha, entre otras consignas sin sustento y falsas dicotomías que abrevan de la visión maniquea que promueve el Frente Amplio.
Esa técnica de enchastre, tantas veces utilizada, ya no resulta efectiva. No resulta efectiva, primero porque siembra falsedades, y segundo, porque ya los uruguayos no les creen.
Los uruguayos ya conocen al Frente Amplio. Y como los conocemos, sabemos que es falso que la elección sea entre oligarquía y pueblo, porque no son el pueblo, pueblo somos todos y más pueblo serán los que defienden al pueblo.
Si defendieran al pueblo no dejarían que el pueblo honesto uruguayo esté rehén de la delincuencia; si defendieran al pueblo harían que la educación de los hijos del pueblo tenga una educación de calidad y con ello la posibilidad de ascenso social y no la tendrían como la tienen, en los peores niveles de aprendizaje y reproduciendo parámetros de desigualdad.
Son los hechos los que hablan y no los discursos ni los muros pintados.
Y los hechos dicen cómo es este Frente Amplio en el gobierno.
Señores del FA, ustedes son los rompe récords. Rompieron un récord mundial: hacer perder plata a un Casino, con Bengoa y compañía. El pueblo terminó pagando lo que ustedes perdían.
Después, fundieron Pluna, con el caballero de la derecha en un remate simulado, con un aval mal dado que terminó con nada más y nada menos que con el Presidente del Banco República y el Ministro de Economía, condenados por la Justicia. Y acá también, el pueblo terminó perdiendo plata.
Luego vino Ancap, una empresa en monopolio a la que la dejaron al borde de la quiebra y que hubo que capitalizar con 800 millones de dólares. No es necesario destacar de dónde salió la plata para tapar todo ese agujero.
En su gobierno se rompieron otros dolorosos récords, los récords de delitos como rapiñas y homicidios y un incremento de la violencia a la que no saben cómo ponerle freno.
El narcotráfico campea, y mientras eso pasa, el Ministro Bonomi se ufana de que han pedido la cédula 450.000 veces. Estarían pidiendo cédulas cuando se les escapó un jefe mafioso de la Cárcel Central, o cuando le entraron -y salieron- 5.000 kg de cocaína que si no los descubren en Europa acá ni se enteran.
Han dilapidado la bonanza y han aumentado el déficit llevándolo a límites críticos.
Han colonizado el Estado con políticas de amiguismo y clientelismo.
Han fracasado en las políticas sociales generando dependencia y no cultura del trabajo y el esfuerzo.
Eso es el Frente Amplio en el Gobierno. Eso son.
Y también son Sendic. En donde por primera vez un Vicepresidente tuvo que renunciar por corrupción comprobada en la Justicia.
Y eso también lo pagó el pueblo uruguayo. Pagó en plata y en credibilidad hacia el sistema.
Si un gesto político hiciera falta a una fuerza política, es un mea culpa del Frente Amplio por todo lo mal que han hecho.
Han relativizado el valor del esfuerzo y el trabajo, han rebajado la educación de los uruguayos y nos han sumido en el irrespeto del tango “Cambalache”.
Y todavía hablan.
Se animan a prometer para los próximos 5 años lo que habiendo tenido 15 para hacer, incumplieron.
Se animan a agitar cucos y descalificar adversarios.
En lugar de elegir el sensato camino de irse silbando bajito, han elegido el camino de la confrontación, aferrados al sillón, desesperados porque sin duda, saben que el pueblo uruguayo decidirá sacarlos.
Jorge Larrañaga