Los Jóvenes Blancos de la lista 430, reunidos en el Balneario Salinas, luego de un fin de semana intenso de formación y discusión política declaramos:
- Nuestro profundo arraigo a los principios históricos del Partido Nacional, que entendemos con plena vigencia. Solo una fuerza política con sentido histórico y principios tan firmes sobrevive casi 180 años a pesar de haber pasado la mayor parte de su historia “a la intemperie”.
- Es imperiosa la necesidad de reencontrarnos con nuestras mejores tradiciones, nuestros valores más profundos. Rechazamos de plano la política liviana. Queremos un Partido que participe en las principales discusiones contraponiendo y proponiendo nuestras ideas sin miedo.
- El Partido de la Nación debe procurar mucho mayor arraigo social, más identificación con la cultura nacional, con sus artistas, con las organizaciones sociales. Como militantes de Montevideo reconocemos este problema como principalmente urbano y nos comprometemos a trabajar en ello. Así mismo, exigiremos a nuestros dirigentes una postura de apertura frente a todas las expresiones populares.
- Nuestra histórica sintonía con el interior del país, con los pagos, con las realidades locales, nos siguen convocando a ser los abanderados de la descentralización. Descentralizar es acercar el poder a la gente. Quien no lo entienda poco entiende de la historia del Partido Nacional. Sin embargo, los cambios deben ser sustantivos: la transferencia de recursos a Intendencias y Municipios no son un regalo del gobierno, es su obligación constitucional y moral con los lugares más postergados de la Nación.
- Nuestro Partido nació heredero del americanismo federal. En el mundo de hoy los países pequeños seguimos necesitando la integración regional para acceder a mayores mercados y para defender mejor nuestros intereses. Esto se conseguirá con hechos concretos que implican renuncias de todos. La retórica vacía basada en afi nidades ideológicas coyunturales se ha mostrado inútil.
- Existen nuevos campos de lucha por la igualdad de oportunidades que el Partido Nacional debe seguir con mucha más atención; la igualdad de género es uno de ellos. Debemos aprender más sobre el tema para reconocer las inequidades a las que nos hemos ido acostumbrando. Tenemos el triste privilegio de ser el país con más mujeres asesinadas por sus parejas de América Latina; lo cual es un indicador de muchas otras injusticias. Los menores salarios o las pocas mujeres en puestos de responsabilidad política son otros ejemplos.
- En Uruguay solo el 30% de los jóvenes terminan el liceo; esto es menos que Chile, Argentina, Brasil y Paraguay. Se trata de una emergencia nacional. No hay nada que reproduzca tanto la desigualdad como este sistema educativo en el que miles de jóvenes no adquieren las competencias básicas para trabajar, entre tantas otras cosas. Los jóvenes debemos estar en alerta y exigir las soluciones que un gobierno serio le debe a nuestra educación nacional.
- El cuidado del Medio Ambiente es unos de los desafíos más grandes para el siglo XXI. El sistema político no abordó jamás este tema con la seriedad y el compromiso que amerita. Se trata, entre otras cosas, de proteger nuestro principal capital productivo y factor de identidad nacional: la tierra. En este tema es evidente que no alcanza con tener buenas intenciones. Los dirigentes deben estudiar y adquirir las competencias técnicas necesarias para desarrollar políticas públicas de calidad y evitar usos oportunistas ante los problemas que seguirán apareciendo.
- Hoy, a 159 años del nacimiento del “cabo viejo”, Aparicio Saravia, queremos recordar que la ética personal y colectiva sigue siendo innegociable en la actividad política. Debemos ser absolutamente intransigentes en la búsqueda de la honradez administrativa, siendo más severos para juzgar a los propios que a los extraños.
“Es por eso hermano, que estoy en donde estoy y aquí estaré al morir. En el bando de los administradores de buena fe, en el Partido de las probidades presidenciales, junto a aquellos que suben y bajan pobres del poder”.
Caraguatá 6 de mayo de 1897. Carta de Aparicio Saravia a su hermano Basilicio.
