El senador nacionalista afirma que su propuesta trasciende los partidos políticos y asegura que son muchos los ciudadanos que sin votarlo a él e incluso al Partido Nacional apoyarán su iniciativa.
Jorge Larrañaga, el senador nacionalista promotor de la reforma de la Constitución para modificar aspectos que, a su juicio, permitirían mejorar los niveles de seguridad, afirma que su propuesta trasciende los partidos políticos y asegura que son muchos los ciudadanos que sin votarlo a él e incluso al Partido Nacional apoyarán su iniciativa y sostiene que en este tema “la gente está pasando por arriba de partidos y dirigentes”. Vivir sin miedo son los honestos levantados contra la delincuencia, asegura.
-¿Cómo interpreta la demanda por la papeleta del “Sí”?
-Que la gente está pasando por arriba de partidos y dirigentes. A mí me pidieron representantes de todos los sectores del Partido Nacional. Me pidieron representantes de todos los sectores del Partido Colorado. Es visible en la calle. Del sector de José Amorín Batlle. En todo el país están pidiendo. Nos han pedido de Cabildo Abierto en el interior del país. También del Partido Independiente en algunos departamentos. Incluso nos han pedido del Frente Amplio que dicen directamente que no van a acompañar al Partido Nacional pero sí van a votar la reforma.
-La discusión sobre el plebiscito está polarizada y a usted lo acusan de militarizar la seguridad.
-No es así. “Vivir sin miedo” son los honestos levantados contra la delincuencia creciente, es la rebelión de los ciudadanos contra la delincuencia. La reforma ya no es de Larrañaga o de un sector político. Es una reforma cada vez más de la gente que se me acerca en todos lados y me dice que si no me vota, igual va a votar su reforma.
-¿Qué pasa si su planteo pierde y no sale la reforma?
-Y lo que pasa es que si la reforma no sale festejan los delincuentes. Esta es la realidad. El Frente Amplio está preso de sus prejuicios y ha dejado a los uruguayos de rehenes de una delincuencia creciente que no ha podido mitigar ni enfrentar.
-¿Cómo observa el movimiento en contra de la reforma, que incluso hay integrantes en el Partido Nacional?
-Quienes están en contra de la reforma dicen que esto no sirve pero no tienen alternativa. El 16 de octubre se va a cumplir un año que se sancionó el proyecto de ley en el Parlamento de guardias de frontera. El gobierno no la ha puesto en vigencia, no la ha reglamentado porque no quiere confesar ante de las elecciones que el Frente Amplio votó otorgarle facultades de policía a todas las fuerzas armadas en 20 kilómetros de la frontera. Lo cual equivale a un sexto de la superficie territorial del Uruguay. Nosotros proponemos que se cumplan las penas, algo que es lógico, y entonces nos dicen que las cárceles se van a llenar. ¿Cuál es la propuesta de ellos? ¿No atrapar a los delincuentes? ¿Liberarlos? Una política carcelaria no puede basarse en el no cumplir las penas y dejar libres a los que tienen que estar presos.
-¿Siente que hay una demanda por mano dura?
-La gente está harta de que la roben y pide que se aplique contundentemente la ley.
-Algunas de las críticas a la reforma plantean que los militares ejerciendo potestades policiales fue lo que ocurrió en el pasado reciente y poco bueno se vio en eso tiempos.
-No. Pasado reciente no. Pasado de hace cincuenta años. Estamos hablando de una guardia nacional que va a ser nada más ni nada menos que respaldada por la Constitución. Estamos hablando de las Fuerzas Armadas que van a tener un sometimiento al código del procedimiento policial, entonces, ese argumento de que en cualquier momento se puede dar un golpe de Estado no es válido. Vamos a no generar situaciones de alarma. El Frente no quiere militares y punto. En el 2011 pasaron 300 militares al Ministerio del Interior y no pasó nada. El FA coloniza las instituciones, las organizaciones gremiales, el Pit-Cnt, la Universidad de la República, el Instituto Nacional de Derechos Humanos, verdaderamente nos parece increíble cuando nosotros lo que proponemos es una segunda fuerza como funciona en todo Europa y no pasa absolutamente nada.
-Otro de los argumentos en contra es que la reforma recorta garantías por ser efectivos militares que no están preparados para esa tarea.
-En primer lugar, se van a preparar. Y no recorta garantías ni impacta negativamente en los derechos humanos. En todo caso consagra el respeto de los honestos. Pero de última: se puede concluir a quién se defiende. ¿Quién defiende cada uno? Nosotros defendemos al trabajador, al comerciante, a los abuelos, a la gente que resulta lastimada. Defiendo a los que son víctimas de la delincuencia. Y esto hay que decir basta. El país necesita el orden, la autoridad sobre la base de la Constitución y la ley.
Entrevista de PABLO S. FERNÁNDEZ para El País
Foto: Francisco Flores