Para el senador Jorge Larrañaga (Alianza Nacional), la situación actual de la educación pública «está matando las oportunidades de miles de muchachos», y que su rescate «es el principal desafío ético de la sociedad uruguaya».
«El fracaso del modelo de la educación pública no se ve en Secundaria solamente, donde las tasas de egreso son alarmantemente bajas y nos posicionan muy por debajo de la media regional. Se ve también desde Primaria», sostiene Larrañaga, que el martes planteará estos temas a la ministra de Educación, María Julia Muñoz, convocada en régimen de comisión general.
En su informe, Larrañaga maneja la evolución de la matrícula escolar. Allí marca el retroceso en las inscripciones en el sector público, al mismo tiempo que aumenta la opción por las instituciones privadas. Por ejemplo, en Primaria la relación a nivel nacional pasó de 7,1 niños en las escuelas públicas por cada niño en colegios privados en 2003, a 4,9 en 2013. En Montevideo, el cambio fue de 3,25 a 2,44 en el mismo período.
Esto lleva a Larrañaga a afirmar que hay sectores que «pagan dos veces por la educación» de sus hijos: «Sostienen una educación pública que no usan porque no da resultados y hacen el esfuerzo de enviar sus hijos a la privada; las clases medias, y familias de trabajo destinan gran parte de sus ingresos a pagar la educación privada porque en ella tienen asegurado horas de clase y calidad de aprendizaje».
Otro punto que atacará Larrañaga el martes en el Senado es la relación del presupuesto para la educación y la cantidad de funcionarios que han ingresado en los últimos años en la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y la Universidad de la República (Udelar).
Entre diciembre de 2004 y diciembre de 2014, el número (de vínculos laborales) de ANEP creció un 73,2% (de 49.020 a 84.892, siendo de estos últimos 72.908 docentes). En el mismo lapso, el número de funcionarios de la Udelar creció un 46,3% (de 11.974 a 17.517, siendo de estos últimos 11.161 docentes).
«Por tanto creció más el número de funcionarios que lo que aumentó el presupuesto respecto al PIB», concluye Larrañaga.
Fuente: El País