El senador nacionalista sostiene que el Frente Amplio como proyecto político “está agotado”, que el gobierno está “en punto muerto” y “sin ideas” y no tiene resultados para mostrar. Asimismo considera que ha sufrido “una derrota ideológica” que se refleja en que “fundió Pluna y casi quiebra Ancap”. Larrañaga en entrevista con El País afirmó que es partidario de que la oposición “construya una agenda común, un proyecto superador al Frente Amplio”. Para esto dijo que hará un relanzamiento de la Fundación Wilson Ferreira Aldunate para “presentar un proyecto político con la idea de reconstruir el país”.
—Está al frente de un espacio wilsonista en el Partido Nacional. ¿Ha pensado en delegar la conducción o va a seguir al frente?
—Alianza Nacional es uno de los sectores más importantes del partido. Tengo una enorme responsabilidad y represento en el Senado a muchísima gente. Es una visión wilsonista, federal, con raíces en el nacionalismo independiente. Además, lo más moderno y removedor que tiene el país es el wilsonismo. Paradójicamente sigue siendo lo más nuevo de la política uruguaya, lo menos conservador en su visión de justicia social, de país productivo, inclusivo, la expresión que convoca a uruguayos por encima de los colores partidarios. Yo reafirmo esta corriente política. Vamos a relanzar la Fundación Wilson Ferreira Aldunate para presentar un proyecto político con la idea de reconstruir el país. El partido tiene que tener columnas fuertes, sectores fuertes, y Alianza Nacional es un sector.
—Desde la última elección interna de 2014 en que usted perdió la nominación presidencial, Alianza Nacional no ha tenido desmembramientos, sino que por el contrario ha sumado a alguno en el interior. ¿A qué se debe?
—He impulsado un proyecto político que tiene una representación parlamentaria con la misma cantidad de diputados que el sector mayoritario de Luis Lacalle Pou, aunque con dos senadores menos. En la elección departamental la representación de los intendentes ha sido fuerte y en su mayoría son de Alianza Nacional. Entre los alcaldes y concejales también siento el respaldo. Estoy satisfecho con lo que hacen los legisladores.
—Cuando habla del relanzamiento del sector, ¿se enfoca en Montevideo?
—Hablo del país entero. Hoy hay una debilidad en el sistema político. El Frente Amplio está en condiciones de perder la próxima elección por lo cual se necesita mostrarle a los uruguayos que la oposición puede ganar la elección. Eso hace que la oposición tenga que ser madura, que coordinen entre todos los partidos permanentemente. No basta que lo hagan de octubre en adelante para la segunda vuelta. Yo estoy convencido que tras la elección próxima ningún partido va a tener mayorías parlamentarias y que por eso va a ser necesario tener contacto con todos los partidos. Por eso me he juntado con referentes de todos los partidos y por eso concreté una reunión inédita para presentar una denuncia común sobre Ancap. Eso era impensable y hay que ampliarlo a figuras del sindicalismo y la cultura.
—¿Eso no es convalidar lo que dice el Frente Amplio en cuanto a que la oposición está en campaña los cinco años?
—Mire, aquel político que diga que no está en campaña, miente. Todos los políticos están en permanente campaña, esa es la realidad de la política. Los referentes políticos quieren agradar al votante, captar voluntades. Eso no es nada nuevo. De lo que se trata es que la oposición pueda construir una agenda común, un proyecto superador al Frente Amplio, y para eso hay que convocar a todos. Hay miles de ciudadanos que votaron al Frente Amplio que están desencantados, desilusionados con la gestión del gobierno. Por eso digo que ningún partido va a tener mayoría parlamentaria. El Frente como proyecto político está agotado y eso lo ven los frenteamplistas.
—En ese esquema de diálogo con los referentes de la oposición usted tiene a Edgardo Novick como interlocutor, ya que lo ha convocado a reuniones. ¿Piensa que tiene validez el instrumento de la Concertación en una proyección de nivel nacional más que departamental?
—Yo ya he dicho que el partido de la Concertación desde que se gestó fue un proyecto político departamental para Montevideo. A cada referente político hay que respetarlo y por eso convoco a Novick. Los lazos de confianza son fundamentales porque después van a ser necesarios todos para gobernar si ningún partido tiene mayoría parlamentaria. Por eso voy a repetir mil veces la expresión juntos porque así tenemos que avanzar.
—¿Con el modelo de la alianza opositora que hubo en Argentina?
—Algo así, a la uruguaya, una alianza que no supone renegar de los partidos de origen. En la primera vuelta electoral de octubre se definirán quienes pasan a la segunda vuelta. Entonces cada partido va a querer tener la mayor cantidad de votos. Pero quiero que en ese espacio opositor común haya vínculos, confianza, perspectiva de trabajar juntos, de forma que en la segunda vuelta los apoyos se den naturalmente con vistas al próximo gobierno y sin dejar de lado las referencias sectoriales.
—¿Cómo ve el primer año de gobierno de Tabaré Vázquez?
—El gobierno está sin ideas, en punto muerto, estático, paralizado, con graves problemas internos en la fuerza política. Hemos tenido 11 años de bonanza económica y sin embargo no pudimos avanzar en temas vitales como la seguridad y la educación. Les he dicho a empresarios que la lucha en los próximos tiempos va a ser no por salarios sino por mantener puestos de trabajo. Ojalá el país no siga perdiendo puestos de trabajo, en un país donde la economía se ha desacelerado. Hay acechanzas preocupantes en el mundo. La inflación quizás supere el 10%. Estos sensores de alerta no los ha atendido el gobierno. El Frente le ha hecho perder oportunidades al país y se ha quedado en un Estado clientelar durante los años de gobierno del expresidente José Mujica. Ha sufrido derrotas ideológicas con la política de las empresas públicas: fundieron a Pluna, llegamos casi al quiebre de Ancap por una administración lamentable. El Frente Amplio hoy no tiene qué mostrar, no tiene resultados.
—¿Comparte que se destinen militares en tareas de seguridad como custodia de embajadas y edificios públicos, como propone el ministro del Interior Eduardo Bonomi pero a lo que se opone su colega de Defensa Fernández Huidobro?
—Seguro, porque para el gobierno no ha sido problema convocar a militares para recoger la basura, pero tiene un atavismo ideológico y se opone a convocar a esos mismos militares para que puedan ayudar a la policía en el combate a la delincuencia. Previo tiene que haber una ley que los habilite, una instrucción precisa y una remuneración acorde a la de los policías. Es una forma de jerarquizar a las Fuerzas Armadas, todo dentro del marco del Estado de derecho. Pero terminan oponiéndose en un país donde pasamos de 2.000 rapiñas hace diez años a unas 22.000 rapiñas anuales.
—¿Tiene resuelto si va a volver a competir en la interna nacionalista?
—No es tiempo de candidaturas. Pero creo que el partido tiene que tener una competencia interna con dos o más precandidatos presidenciales. Eso fortalece al partido. En lo personal, veré si me presento.
Fuente: El País