En la jornada de hoy la Cámara de Senadores votó la Ley por la cual se establece la participación equitativa de ambos sexos en la integración de los Órganos Electivos Nacionales y Departamentales y de Dirección de los Partidos Políticos, la cual pasará a ser discutida en la Cámara Baja.
El senador y líder de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga, hizo uso de la palabra indicando que al igual que en el año 2009 acompañaría con su voto el proyecto de cuotificación, absolutamente convencido del mismo: «Creo que es un importantísimo paso, un gran avance, yo no me quedo con la parte del vaso vacío», expresó, señalando que hace 30 o 20 años atrás este debate hubiera sido imposible de dar.
Cuestión de justicia
Para explicar el fundamento de su voto citó palabras de Eduardo J. Couture, quien desde su concepción de justicia, enseñaba que «para corregir ciertas desigualdades. a veces, había que crear otras». Larrañaga sostuvo que le “rechina” hablar de “cuota”, ya que significa casi una especie de otorgamiento, de desprendimiento de poder de alguien superior y subrayó que el foco de la discusión es sobre participación.
Las mujeres enriquecen y humanizan la labor política
Manifestó que en su gestión como intendente departamental contó con una amplísima participación de mujeres en su gabinete y que las mismas le aportaban una visión enriquecedora al funcionamiento de las decisiones de gobierno, que humanizaban y evitaban muchas veces las ligerezas en el análisis que se daban de las resoluciones políticas.
Agregó que «no estamos aquí en una suerte de dicotomía de una sociedad de mujeres versus una sociedad de hombres, sino en una sociedad que contemple igualdad, equidad, inclusión, porque este no es un tema matemático».
Indicó que «los avances que la cuota dio en la primera legislación fueron importantes, esa ley es la que hoy propicia este nuevo camino».
Celosa vigilancia a la aplicación genuina de la ley
Ya culminando su intervención Larrañaga expresó que «debemos ser todos celosos vigilantes de la aplicación de esta ley», y que la clave está en un «cambio de cabeza».
«Hay que propiciar un importante cambio cultural. Debemos sentirnos satisfechos de poder trabajar hombres y mujeres juntos, no en una situación de enfrentamiento, sino en una situación en la cual la mujer pueda seguir siendo mujer y no tenga que masculinizarse para competir en la política».
El líder nacionalista finalizó subrayando: «Estoy convencido de este instrumento porque creo que la finalidad es buena, justa y que debemos ser celosos custodios de su genuina aplicación».
