Resumen de la entrevista realizada en Tiempo Presente al economista Washington Ribeiro, Director del Banco Central del Uruguay, en representación del sector Alianza Nacional del Partido Nacional.
En términos generales, la infraestructura promueve la competitividad, la facilita y esto es un factor esencial para Uruguay.
El Plan de inversiones anunciado deberá analizarse a través del presupuesto nacional, el detalle de las inversiones y el programa de ejecución. A primera vista, parecería ser que este plan de inversiones no sería en adición a lo que el Estado invierte año a año, sino un componente del mismo. Si bien es un aumento en relación a los últimos años, no significa que la inversión sea de doce mil millones adicionales.
La infraestructura en Uruguay es un tema pendiente, sobre todo a nivel vial, portuario ferroviario y energético. Todas las nuevas obras son bienvenidas. Hay que analizar cuáles son estas obras en particular que se planea llevar adelante para poder medir el impacto de cada una de ellas.
En términos generales, la infraestructura promueve la competitividad, la facilita y esto es un factor esencial para Uruguay.
Si se quiere reducir en un punto del producto el déficit al cabo de cinco años, e invertir lo que se anunció, de algún otro lado del presupuesto habrá que realizar recortes.
Uruguay cerró el 2014 con un déficit fiscal aproximado de 3.5% del producto. Los anuncios hechos por el Poder Ejecutivo en relación a la Ley de Presupuesto establecerían una corrección fiscal de un punto del producto. El gobierno anunció que espera cerrar en los próximos 5 años con un déficit del 2.5%. Aquí es donde estaría marcado el talante de la política fiscal; de cumplirse el anuncio realizado, sería menos expansivo que en los últimos años. Ese es el anuncio general.
¿Cómo se inserta entonces el 66% previsto para la inversión por parte del sector público? Si se quiere reducir en un punto del producto el déficit al cabo de cinco años, e invertir lo que se anunció, de algún otro lado del presupuesto habrá que realizar recortes. Todo esto podrá ser analizado mediante la Ley de Presupuesto.
Más dinero no necesariamente resuelve los problemas. La forma en que se administran e invierten esos recursos y la forma en que se gestionan las políticas públicas son la clave del éxito.
Desde el punto de vista de la perspectiva financiera, Uruguay tiene una posición sólida, un sistema financiero estable y un déficit fiscal del 3.5% del producto, que luego de una década de crecimiento económico es una cifra preocupante. Luego de 10 años de crecimiento las finanzas públicas deberían tener otra solidez. A consecuencia de la crisis económica y en los primeros años de reactivación fueron necesarias inversiones en términos de asistencia social que justificaban la expansión del gasto. Pero pasados los años se debió haber puesto el énfasis en la eficiencia y no en la magnitud misma del gasto.
La adaptabilidad es condición necesaria en los tiempos actuales.
Estados Unidos anunció la eventual suba de la tasa de interés de manera paulatina y lenta. De todas maneras, los mercados financieros ya adelantaron parte de los efectos del cambio de la política monetaria de Estados Unidos, lo que explica entre otras cosas el fortalecimiento del dólar en el mundo y en Uruguay en consecuencia. A nivel regional, es motivo de preocupación el enlentecimiento de la economía de Brasil en los últimos tiempos.
Tradicionalmente se hablaba de sustentabilidad, en el mundo de hoy habría que hablar de adaptabilidad. Es necesario tener la solidez y fortaleza económica suficiente, pero a su vez la flexibilidad de adaptarse a cambios bruscos, que muchas veces son inesperados. Este es el tema clave hoy para economías pequeñas como la de Uruguay.
El tipo de cambio no es la única variable que determina la competitividad.
El valor del dólar no resuelve todos los problemas. Si bien es una variable importante para el sector exportador uruguayo, la depreciación que ha tenido la moneda uruguaya en lo que va del año ha devuelto o ha permitido al sector recuperar parte de la competitividad perdida.
Hay una infinidad de costos asociados que afectan la competitividad, tales como los costos laborales, impuestos, tarifas públicas, entre otros. En ese orden, el tipo de cambio es una variable más.
En el sector exportador hoy los reclamos o planteos no están asociados al tipo de cambio sino a este otro tipo de costos.
La política para bajar la inflación no puede recaer sobre las espaldas de los trabajadores ni de los empresarios
Los acuerdos de precios son instrumentos heterodoxos que buscan ganar tiempo y permitir que otras políticas más profundas cumplan su trabajo. Claramente los acuerdos de precios no son medidas sustentables.
La consolidación fiscal y mantenimiento de una política monetaria contractiva, una correcta administración y manejo de las empresas públicas para poder evitar subas excesivas en las tarifas, es lo que debería permitir que la inflación se vaya moderando.
El 2015 marcará la senda económica para los próximos 5 años.
La Ley de Presupuesto Quinquenal determinará la conducta fiscal del gobierno.
En lo que resta de este año y el próximo se renegocian los convenios colectivos correspondientes a prácticamente el 100% de la masa salarial. Los resultados de las negociaciones entre gobierno, empresarios y trabajadores fijarán el rumbo en materia salarial.
Este año será de definiciones, lo que va a marcar la senda económica para el país para los próximos años.