Las tarifas públicas se utilizan como sostén del excesivo e ineficiente gasto público, haciendo las veces de impuesto encubierto, encareciendo la canasta de los hogares y afectando la competitividad empresarial.
Entendemos que las empresas públicas, además de trabajar en mejorar su productividad, deben manejar sus tarifas en función de sus fundamentos, respondiendo a sus costos de producción y comercialización y sus utilidades deben estar destinadas a bajar los precios o para reinversión.
Las principales empresas públicas uruguayas actúan sobre sectores estratégicos de la economía por lo que las decisiones que estas toman tienen gran impacto, no solo sobre el presupuesto de las familias, sino también sobre la competitividad de las empresas que se encuentran en el territorio nacional. La realidad marca que las tarifas públicas se han venido utilizando sistemáticamente como sostén del gasto del aparato estatal en perjuicio del bolsillo de las familias uruguayas y de la competitividad de las empresas.
En los últimos 14 años las Empresas Públicas han transferido a Rentas Generales 2.850 millones de dólares, de los cuales 1.350 millones de dólares fueron transferidos en los últimos 4 años. UTE, por poner un ejemplo, en los últimos 14 años transfirió a Rentas Generales el equivalente a casi un 9% de su facturación, según datos publicados por el MEF con fuente en la OPP.
Está claro que la prioridad del Estado ha sido el financiamiento del déficit fiscal, de lo que el Estado gastó de más y las consecuencias son que los uruguayos debemos pagar las tarifas más caras de la región.
Nuestro mensaje es claro: las tarifas públicas no pueden ser usadas para asistir financieramente al Gobierno Central. Las utilidades de estas deben estar destinadas a la reinversión y a la baja de precios futuros. Las tarifas deben responder a los costos de producción y comercialización.
No vale la pena ahondar en lo que ha sido la gestión de ANCAP, o lo que han sido otras inversiones totalmente innecesarias y fuera de los mandatos de algunas empresas públicas, excesos que pagamos todos.
Es por esto que las tarifas de los servicios públicos deben estar al servicio de los uruguayos y de las empresas que dan trabajo a los uruguayos y deben dejar de cumplir con el objetivo de tapar el despilfarro del gobierno nacional.