Una política internacional pragmática

En política de inserción internacional debe primar el pragmatismo. La estrategia de apertura debe estar asociada nuestras potencialidades productivas y acorde a las tendencias de la demanda externa, procurando trazar lineamientos concretos a corto, mediano y largo plazo para consolidar un régimen sólido de relaciones comerciales beneficiosas.

Las tendencias proteccionistas que hoy están presentes en el mundo, como hace años no lo veíamos, por un lado plantean amenazas al enlentecer la dinámica del flujo mundial de comercio, pero por otro abrirá oportunidades de alcanzar nuevos acuerdos comerciales. Si algo no va a tener sentido, como no lo tiene ahora, es asociarse exclusivamente a un MERCOSUR desguazado. Pensamos en un MERCOSUR mejorado y buscando poder habilitar la posibilidad de negociar con terceros, ya sea de manera individual o conjunta con el objetivo siempre de alcanzar nuevos acuerdos y mayor apertura.

Planteamos la formación de un “Equipo Profesional y Estable de Negociación” con cruce transversal entre Cancillería, Ministerio de Industria, Energía y Minería; Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca; y Ministerio de Economía y Finanzas teniendo como objetivo el trabajar de forma permanente en la búsqueda de nuevos acuerdos, reducir trabas arancelarias y para arancelarias.

Uruguay tiene que fijarse como objetivo que nuestras exportaciones accedan a los mercados en las mismas condiciones que en las que acceden nuestros competidores. Para ello, es vital avanzar en la elaboración de una agenda de integración con visión a largo plazo. La formulación de este esquema debe realizarse despojada de preceptos ideológicos y políticos que poco contribuyen y que distorsionan la posibilidad de fortalecer la competitividad de nuestro país y posicionamiento de nuestros productos en los esquemas de integración más adecuados a nuestra realidad productiva.

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