Vamos por más justicia en las oportunidades: Medidas para lograr una verdadera descentralización
El Uruguay ha sido tradicionalmente un país centralizado. Ello ha ocasionado inequidades. Una de las modificaciones imprescindible del Estado uruguayo es un rediseño geopolítico interno acorde a los desafíos del siglo XXI.
En nuestra visión no existe desarrollo del país sin desarrollo del interior en su conjunto.
Uruguay no es la mera acumulación de regiones. Los uruguayos somos más que la suma de ciudadanos. Somos una comunidad. Compartimos obligaciones, pero, además, debemos compartir derechos y oportunidades. Así debe ser. Así queremos que sea. Descentralizar es un acto de justicia, implica igualar las posibilidades de superación entre los uruguayos. Deben existir las mismas oportunidades en cada rincón del país.
En el país han dominado lógicas centralistas, burocracias divorciadas de la realidad que ha promovido avances de papel sin cambios tangibles y lógicas economicistas que desconocen la trascendencia social de una auténtica integración territorial, económica y humana.
Uruguay ha sido -y es- un territorio fragmentado. Fue durante mucho tiempo un país y dos realidades.
Descentralizar significa integrar. Esta es nuestra visión geopolítica de lo que implica el desarrollo nacional. Supone la inclusión de la realidad local, municipal y departamental en los procesos de decisión. No es sostenible la visión antagónica de capital e interior. Como si el desarrollo de uno dependiera de la sangría del otro. Descentralizar es construir una plena unión política nacional.
Ese Desarrollo Integral del país supone una agenda inclusiva compuesta de cuatro dimensiones:
• integración política;
• integración física y geográfica;
• integración social y económica;
• integración cultural.
Para generar esos niveles de integración consideramos necesario profundizar los procesos de descentralización federalizando ciertos cometidos, apoyando y promoviendo la cooperación entre regiones y departamentos.
En este sentido, a nuestro entender, proponemos:
• Asociar el gobierno nacional con los gobiernos locales federalizando cometidos y proyectos específicos, facilitando instrumentos jurídicos para el asociacionismo y colaboración entre municipios.
• Crear Agencias Regionales como nueva dimensión de cooperación interdepartamental fundamentalmente orientadas a desarrollar planes de fomento productivo.
• Realizar un Plan de inversión pública/privada en infraestructura y logística multimodal en áreas y obras estratégicas, buscando la interconexión del país.
La Constitución, desde 1952 otorgó instrumentos de autonomía que por distintas vías las administraciones centrales han ido erosionando. El artículo 297 de la Constitución establece fuentes de recursos para garantizar la autonomía financiera. Esos recursos son originarios de los departamentos y no deben sufrir intervenciones por parte del poder central.
Por tanto, hay que asegurar la autonomía financiera para la descentralización. No puede haber descentralización efectiva sin “descentralizar la caja”.